Mindfulness, un estilo de vida.

Mindfulness más alla de ser una práctica, es un estilo de vida, un método que nos sirve para cultivar la claridad, introspección y entendimiento. En el contexto de la salud, el Mindfulness es una manera de aprender a través de la experiencia, a cuidarse mejor a si mismo, explorando y entendiendo la relación existente entre la mente y el cuerpo, y movilizando nuestros propios recursos para adaptarnos, crecer y sanar.
Se trata de una capacidad humana, innata e universal, que cualquier persona puede cultivar

Beneficios:

– Aprender a gestionar el estrés de las circunstancias que nos toca vivir, de forma efectiva.
– Potenciar el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y especialmente del sistema inmunológico.
– Aumentar las habilidades emocionales: auto consciencia, gestión emocional, empatía.
– Complemento en el tratamiento y la prevención de la depresión, la ansiedad, el insomnio, las adicciones, el trastorno por déficit de atención y otros.
– Desarrollar y mejorar habilidades cognitivas: atención, concentración, claridad mental, gestión de la incertidumbre y el cambio.

Beneficios:

– Aprender a gestionar el estrés de las circunstancias que nos toca vivir, de forma efectiva.
– Potenciar el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y especialmente del sistema inmunológico.
– Aumentar las habilidades emocionales: auto consciencia, gestión emocional, empatía.
– Complemento en el tratamiento y la prevención de la depresión, la ansiedad, el insomnio, las adicciones, el trastorno por déficit de atención y otros.
– Desarrollar y mejorar habilidades cognitivas: atención, concentración, claridad mental, gestión de la incertidumbre y el cambio.

Adicionalmente la práctica de la atención plena cultiva la creatividad y originalidad. A través de estas prácticas se consigue aumentar la lucidez mental y abrir la puerta a la creatividad
– Aprender a disfrutar del momento presente y ser conscientes de nuestras emociones y pensamientos alivia en los procesos de duelo y ayuda a resolver los rencores y conflictos no resueltos.
– Una mayor apreciación de la vida. Esta práctica aporta herramientas para sentirte más feliz, para apreciar los pequeños detalles y momentos que suelen pasar desapercibidos por nuestro ritmo frenético de vida.
– Desarrollar la capacidad de observar los pensamientos como “sólo pensamientos” sin alimentarlos ni combatirlos lo que nos ayuda a mantener la calma, y a no tomar decisiones apresuradas