Bondad Amorosa
Mientras que el estar en el aquí y el ahora sea un concepto, un mero concepto, una hermosa idea, esta, poseerá una capacidad limitada de transformación personal.
Mientras sea solo eso, y aún no haya germinado en todo su esplendor, meditemos como un acto de amor.
Practiquemos ese gesto amable y bondadoso hacia nosotros mismos y hacia los demás. La meditación formal se convierte así en un acto de valentía, no es fácil sentarse y abrirse a lo que ya está con nosotros sin juzgarlo.
Cuando nos detenemos, contemplamos y escuchamos, cuando prestamos atención plena a nuestros sentidos, incluida la mente, estamos encarnando lo más sagrado de nuestra vida.
El gesto de adoptar un cierta postura de meditación o de expresar una actitud bondadosa hacia nosotros, hacia los demás o hacia el mundo, unifica de inmediato la mente y el cuerpo.
Ese gesto hace del momento en que se da, un instante de vivencia pura, un instante nuevo, eterno, liberado y completamente abierto.
En esa liberación nace el transcender nuestras opiniones, nuestras creencias acerca de lo que creemos que somos, de lo que creemos que es el mundo, transciende nuestra propia historia y el incesante pensamiento. Nos liberamos.
Vemos lo que hay que ver, y conocemos de manera inmediata y no conceptual lo que hay que conocer sin necesidad de buscarlo, porque siempre está aquí y ahora.
Texto basado en un extracto del libro “La meditación no es lo que es” de Jon Kabat-Zinn
Fotografía: Andriyko Podilnyk